El pasado domingo era día de Mundial. Y no es que a la mitad de los presentes nos importara mucho el fútbol, pero todos los astros (del balón) se juntaron para que organizáramos una rica ‘paellada’ popular.
Todo empezó el jueves anterior por la noche, cuando nuestra amiga y cocinera Bea vino a cenar a casa. Se nos ocurrió prepara una paella para el domingo. Algo pequeñito, los de siempre y alguno más.
Pero el magnetismo de una paella es potente, y más en tierras lejanas. Así que nos plantamos el domingo con una lista de 14 asistentes y la responsabilidad de preparar una paella digna de recordar.
El bueno de Joselito puso la casa y Bea y yo mismo fuimos a comprar todos los ingredientes de buena mañana en el mercado.
Solo decir que la paella salió riquísima, y que yo, en calidad de pinche oficial, aprendí bastante al respeto. Aquí, apuntando a la jefa.
Para las 2 de la tarde, cuando empezaba el partido, ya teníamos a la mitad de los amigos en casa.
El partido ni fu ni fa, aunque ganaron los míos. Iba con Alemania porque quería ver a la Merkel bailar. No fue así, pero una vez más Alemania se postuló como potencia hegemónica. Esta vez deportiva y de calibre mundial. Comimos de maravilla e hicimos una ‘porra’ (quiniela).
Cuando terminó el partido, compramos más cerveza y llegaron más amigos. Incluso nos visitó un profesor de la universidad en la que estudié, fíjate tú.
Sobre las 6 el ambiente se puso demasiado alegre para un domingo por la tarde. Joselito aka. Dj Pepi sacó su tabla de mezclas y se puso a pinchar. Nos brindó electrónica, salsa y hits ochenteros y con coreografía.
Terminamos muy tarde y con un nivel de alcohol en sangre reservado sólo para fechas especiales.
Pero es que esta fiesta fue muy especial. Por un momento, me sentí como en casa. Menos emigrante y más en familia.
Todos reunidos, gente de aquí y de allá y con mucho o poco en común, festejando que México nos acoge sin amargura.
Yo, por mi parte, celebraba que este país me ha dado la oportunidad de volver a hacer lo que me gusta. De que México me ha regalado confianza.